Se acerca el final y no es sólo el de los viajes, más cosas van a pasar próximamente, pero bueno, de eso hablaremos luego. El día viernes correspondió el viaje a la ciudad de Calí, capital del Valle del Cauca, la capital de la salsa. Bien, luego de un suave viaje con hermosos paisajes al lado opuesto al que tomé asiento 🙁 , llegué al aeropuerto internacional de Calí, ubicado en el municipio de Palmira a unos 30 kilómetros de la ciudad. Esta era la segunda visita a este gigante, sin embargo, en esta duré más tiempo que en la anterior oportunidad.
Ya con las indicaciones claras de como manejar el transporte a la ciudad, tomé el sistema de buses y directo a Calí entre cañaduzales y zonas industriales. Al llegar y bajándome muy lejos de mi destino final, gracias al estúpido conductor, me vi en la obligación de tomar el sistema de transporte masivo MIO, un sistema muy similar a mi tan querido Tranmilenio, sólo que este es azul, hay menos señalización dentro de las estaciones y me pareció menos congestionado. Ya en el centro de la ciudad, hora de trabajar, mientras tomaba fotos de parajes memorables y sitios turísticos.
Luego de un segundo paseo por la ciudad y de espantar varios chulos aka pajaro carroñeros y de transitar una zona muy poco agradable terminé mi segunda labor en la ciudad, donde inmediatamente por malos calculos de tiempo tomé un transporte al terminal y del terminal un bus de regreso al aeropuerto. En el camino de vuelta pude observar varias factorías entre ellas la gigantezca cervecería del valle (Uds saben que no bebo, pero tenían mucho estilo los 5 tanques gigantes de Poker).
En el aeropuerto fue momento del último trabajo del día y bueno, las cosas no me salieron como esperaba, para variar, finalmente conocí al técnico de soporte encargado del aeropuerto, Fredy, con quien compartí el resto del día entre bromas e intentos de bastionado de cierto sistema operativo maluco, en un esquema de desinstalación desatendida.
Luego de una espera de cerca de 5 horas, cortesía de mis jefes… como en otras ciudades…, abordé el vuelo de vuelta a Bogotá, dando paso a un fin de semana con algo de descanso.