El año anterior, más o menos por estas mismas fechas (finales de junio), luego de analizar varios factores relevantes a nivel personal, tales como motivación, momento laboral, intereses y por supuesto, panorama de retos académicos, laborales y deportivos, tomé la decisión de tomar un tiempo sabático, una pausa para dedicar tiempo a mi mismo. Este período inició a partir del 1 de Octubre de 2023 y finalizó en Mayo de este año (2024).

En esta entrada, más allá de contar qué hice o qué no hice en ese tiempo, quiero compartir un poco respecto a qué se debe tener en cuenta cuando se quiere evaluar si es posible o no hacer una pausa en la vida laboral y profesional para enfocarse en otros temas, pasiones, ideas o simplemente, para descansar de todo, si es que así lo desea uno.

Construir el proyecto

Lo primero que establecí meses antes fue la definición de qué quería hacer en este tiempo de pausa, por consiguiente la definición de unos objetivos a modo de metas, fue el enfoque que le di, por supuesto con tiempos estimados de dedicación y con los hitos que determinarían si se alcanzaban o no estas metas propuestas. Es claro que la idea no es intentar construir algo de un día para otro, por consiguiente fue necesario definir tiempos reales, con holguras por si las cosas no salían como se esperaba a la primera y también si requerirán de participación de otras personas. La definición de las metas académicas que tenía las hice por mi cuenta y la parte deportiva, si lo hablé con mi entrenador, para ver si con 7 meses era adecuado el tiempo para la competición que me entrenaría.

El definir los hitos o esas metas puntuales, fue importante, por que son los puntos de referencia que mantienen viva las ganas de seguir aún cuando son retos personales y no hay presiones externas, por que claramente hay momentos en que la mente dice: «¿Y si no hacemos nada hoy?», lo cual no es malo, pero hey, la idea es que este tiempo no se vuelva de bolsillo si ya he definido que quiero hacer algo y estoy apostando tiempo y dinero en ello.

Autonomía económica alias «mi yo del pasado me va a mantener»

A menos que uno no tenga ningún inconveniente con los temas económicos y siempre existan recursos, esto no sería necesario, pero en ese caso… creo que sería mejor dedicarse a la filantropia o a labor social todo el tiempo… pero no era mi caso. Tendría que invertir dinero en material académico para varios cursos y exámenes especializados, por otra parte, necesitaría cubrir los gastos usuales del hogar que están a mi cargo y finalmente, tendría gastos de alimentación, entrenamiento, movilidad, etc en torno a lo deportivo, así que tenía que analizar qué iba a necesitar, proyectar un «modelo de costos» de mi mes a mes y con ello determinar si mis ahorros eran suficientes o requeriría más dinero o debería recortar gastos considerablemente. En este particular gracias a tener claridad de mis gastos mensuales, me fue posible proyectar el «salario» necesario para cada mes dejando una holgura por si se presentaban gastos inesperados y no abusando del uso de la tarjeta de crédito, por que al final, es dinero que tendría que pagar mañana y no era claro de donde sacaría para ello una vez se finalizara mi ahorrito.

Previo a terminar mi contrato laboral con la empresa que trabajé previamente, fui ahorrando mes a mes lo que me hacía falta e invertí ese dinero en algunas inversiones de bajo riesgo y proyectada a cada uno de los siguientes meses para recibir algo de intereses con mi «automesada». Asimismo, todo lo referente a las costos de estudio y la carrera (tiquetes de avión, hotel, inscripción) al día que dejé de laborar, ya se encontraba pago, lo que me daba la tranquilidad de no tener que arrancar con compromisos de deudas.

A pesar de la planeación económica rigurosa, cometí errores, tales como que no consideré que con el cambio de año podría aumentar la inflación, el costo de vida, etc, lo que me generó que el dinero de 2023 no era lo mismo en el 2024 (aquí fue donde la inversión del dinero en banca, ayudó). También se generaron imprevistos como la necesidad de contratar nutricionista, pensando en la carrera, lo cual fue muy buena idea y con ese plan nutricional, el aumento del costo de la previsión en alimentación. Agradecidamente pude compartir gastos con mi esposa en varios aspectos, por que al final, no era sólo mi iniciativa, ella también estaba involucrada.

Entonces cerrando este punto, fue la identificación de potenciales gastos, compromisos y responsabilidades lo que indicó qué provisión era necesario cada mes. Asimismo, determinar qué límites de gasto tenía y qué debía de dejar de hacer o gastar para controlar las finanzas. Finalmente, antes del momento 0, haber subsanado deudas existentes para estar más tranquilo. Al haber invertido el dinero ahorrado y recibirlo cada X tiempo simulé el ingreso de salario, lo que permitió que no me gastara dinero que aún no debía usar.

¿Y el después qué?

En literatura al respecto al período sabático hablan de intentar hacerlo solicitando permiso o licencia en el trabajo, para tener estabilidad al finalizar, pero no era mi caso, quería cerrar completamente el ciclo laboral antes de iniciar mi aventura personal. Entonces resultaba necesario establecer provisiones para el después, por que por más que fuera profesionalmente interesante en mi campo (o eso cree uno, pero no es necesariamente así), no llegaría de vuelta tras la carrera o el viaje y tendría trabajo seguro. Así que consideré 2 meses más de «automesada» por si acaso. Esta fue una buena decisión, por que no conseguí trabajo hasta mes y medio después de volver, en lo cual, me siento muy afortunado realmente.

Aquí algo importante, aún cuando no se haya acabado el período sabático, si la intensión es regresar a trabajar, emprender o iniciar un negocio, hay que moverse antes de que se acabe el tiempo y ser paciente, por que no muchos entienden o ven con buenos ojos, la idea de hacer una pausa, sin estar enfermo, con problemas, quemado laboralmente, etc, para uno. Realmente para muchos esto debe hacerse cuando uno se jubile… y como dirían las madres: «Ya para qué».

Lecciones aprendidas

Cada día hay que buscar hacer que valga la pena en ese proceso de pausa, ya sea por que se aprendió algo nuevo, se hizo algo diferente, se arregló el cajón que no cerraba o cualquier cosa, eso ayudará a que todo no se centre en los grandes hitos sino quede espacio para otras actividades que distraigan

El establecer hábitos y rutinas aún en tiempos de pausa, es necesario, especialmente para hacer posible esas metas que uno se definió. Ahora si el tema es viajar, conocer, hacer algo fuera de lo tradicional, hasta eso puede requerir rutinas y hacer que el tiempo siga siendo valioso.

El factor económico es importante, brinda límites, pero no debe ser lo que prime al 100%. Pensando en esto el analizar en economías, ahorros, gangas, etc es viable y ayuda a sopesar el no estar recibiendo ingresos. Pero también hay que ser consiente que hay que manejar el presupuesto de forma inteligente.

Finalmente, cada cierto tiempo vale la pena analizar qué se ha estado haciendo, por si hay que enderezar el barco o relajar el paso (por si se siente muy presionado por las nuevas rutinas) y evaluar si se está pasando bien en este tiempo. No hay que olvidar que esto es un compromiso con uno, con su salud, con sus ideas, etc.

Aprendí cosas nuevas en este tiempo, pude dedicar espacios a actividades diferentes, pude enfocarme en mis metas particulares y al terminar el tiempo tomado, me sentí a gusto conmigo mismo y mi entorno. Así que lo volvería a hacer en un par de años, por que no hay que esperar a estar viejo, para dedicarse tiempo para uno.

One Comment

  1. Sousuke Aizen

    Jeff, muchas gracias por compartir todas esas apreciaciones que serán muy útiles para decidir y planear un tiempo sabático.

    La energía, salud y dinero vienen todos de la misma fuente, el tiempo de vida que nos cuesta conseguir cada uno de estos, y también se requieren entre sí.

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