La cocina ha sido uno de esos placeres ocultos que vine a identificar sólo luego que salí de casa, algunos dirán: claro, se te acabó el hotel mamá y ahora te tocó por tu cuenta o que mi esposa no cocina, o infinidad de cosas, sin embargo, no fue así como ocurrieron las cosas. Para ser exacto, en el 2011, al casarme con @calexiar cambié también de trabajo, entré a un banco, donde las cosas salieron mal desde el primer día, debido a que no me sentía a gusto y laboralmente ingresé a hacer algo totalmente diferente a lo que me habían ofrecido.
Debido a lo anterior llegaba a casa muy malhumorado, molesto e incluso deprimido… entonces muchas veces llegué directo a la cocina, tomaba lo que encontraba e iniciaba a preparar cosas sencillas, a combinar cosas (me ha gustado desde mi niñez la historia de la alquimia y cosas de ese estilo), en el proceso @calexiar no fue intoxicada ni le generé problemas gastricos o intéstinales, por el contrario gustó de mi sazón. Sazón que fue heredada de mi madre (proveniente de la zona de Santander en Colombia, donde la comida es genial) y de mi abuela (Ella es del Tolima, otra zona con muy buen sabor).
Han pasado ya 2 años y medio desde que salí de casa y la cocina (la del apartamento en que vivo ahora es ridículamente pequeña) se ha hecho mi campo de experimentación y he llegado a encontrar en sabores de otros países cosas muy interesantes, es por ello que cuando algún amigo viaja no sólo le pido el favor que me traiga algún LEGO, sino también especias y condimentos raros, para poblar la cocina de casa.
Hoy mientras preparaba el almuerzo del día de mañana, decidí abrir un espacio sólo para comentar mis intentos culinarios, triunfos y fracasos por supuesto. Este espacio se denomina «El Jeffto que Cocina». Así que bienvenidos a este nuevo espacio, espero que les sea de agrado.