Hay veces que olvido que este blog me ha acompañado por más de 10 años y que hay que alimentarlo… jeffto malo.
Hace un año, luego de varias jornadas de coordinación con mi hermana y mi esposa, decidimos realizar un viaje por Europa para conocer lugares, ciudades, comida, de todo un poco. Dado que este no es un blog de viajes (aunque creo que podría tener algo de material para hablar de viajes gastronómicos), les comentaré algunos temas para tener en cuenta.
Para los colombianos desde el año 2015 (finales) se retiró la necesidad de expedir la visa especial para transito en Europa, mejor conocida como Schengen, eso ha permitido que más de uno tenga la oportunidad de viajar al Viejo continente mucho más sencillo. Sin embargo, es importante tener evidencia (en papel o digital) de los vouchers de avión, barco, etc de regreso, así como de donde se va a quedar cada persona. Pueden solicitarlo en inmigración del punto de entrada que tengan en Europa. El tema del seguro de asistencia médica, indican que es necesario, así no lo pidan y bueno, no sobra. La documentación oficial dice que debe tener una cobertura superior a 25.000 euros.
Nuestra travesía inició por España, volando en AirEuropa, muy cómodo, nueva ruta Colombia/Madrid y a un costo razonable. Madrid era escala y llegamos a Barcelona, ciudad culturalmente muy rica, hermosos parajes, una ciudad hecha obra de arte por Gaudi. Lugares memorables: Por supuesto, la plaza de la Boquería, donde perdí la cabeza con ganas de comprar mariscos frescos, quesos y más, pero claro, era el primer punto de escala. Está el cerro del ParK Güell, ideal para ir a hacer deporte, también están algunas plazas, la pedrera, parques, el espectáculo de fuentes nocturnas en Montjuic, barrio gótico, iglesia de la sagrada familia (No entramos por aquella idea personal que me molesta que cobren para entrar a una iglesia), pero tómense el tiempo para ver todo el diseño y trabajo en la parte exterior de la iglesia. En mi idea de comer y conocer sabores diferentes la locura me abordó en varias panaderías artesanales de muchos años de experiencia, en algunas taperias y en el museo de la xocolata. No olvidar ir a la playa, La Barceloneta es excelente. El transporte público es realmente bueno, especialmente el Metro, el cual en poco tiempo lleva por toda la ciudad.
Nuestra travesía continuó en avión a la ciudad de Roma en Italia, allí vivimos la etapa más calurosa del viaje, con temperaturas de 30 a 35 grados centígrados en algunos momentos. Por la época y disponibilidad, nos quedamos en un hostal en cercanías a la estación de trenes Termini. La llegada desde el aeropuerto principal Fiumicino a Roma, nos llevo a tomar un tren con un recorrido de cerca de 30 minutos hasta la estación antes mencionada. Roma tiene muchas cosas, lugares y puntos históricos para conocer. Buscando algo diferente a lo de todo el mundo, les recomiendo ir a los campos de las flores o Campo di fiori al mercado diario, compartir con los vendedores y practicar su italiano fluido, en mi caso, allí fui con Alexa trotando y compramos vegetales para preparar desayuno. También aquí en las horas de la tarde encontrarán varios restaurantes interesantes, pizzerías y una tienda que me robo el corazón con productos gourmet de alto nivel, entre ellos unas bellas trufas blancas de muchos miles de euros. Para comer y ver otra cara de Roma, Trastevere es una opción muy adecuada. No hablaré del paso por el Vaticano dado que no me agradó mucho y fui obligado :(. Si les recomiendo ir a la Villa Borghese para conocer el museo, pero también un excelente zoológico con buenos espacios para los animales y especies muy particulares. Si son amantes de los gatos, no olviden pasar por la Torre Argentina que constituye un santuario a los gatos.
Desde el segundo aeropuerto de Roma, tomamos un vuelo para Alemania, puntualmente, la hermosa Berlin. Una ciudad con excelente transporte, comida de todo tipo, personas amables, lugares preciosos, mucha historia. El dato curioso aquí fue que al visitar la plaza de Brandenburgo nos percatamos de que era la semifinal de la Eurocopa y jugaba Francia contra Alemania, por ello muchas personas se trasladaron al parque contiguo al arco a ver el partido en pantallas gigantes. En ese momento, tenía una bandera de Alemania conmigo y una horda de adolescentes Franceses me acompañaron en una foto haciendo algo de Bullying, muy divertido, debo decirlo. El contraste aún visible de las dos Alemanias que existió posterior a la WW2 es algo que debe observarse y entenderse de acuerdo al lugar donde uno esté ubicado, por ejemplo, la torre de televisión en Alexander Platz. A menos de una hora en tren desde Berlin, se encuentra una joya llamada Potsdam, o conocida como la ciudad de los castillos. allí hay que ir con ganas de caminar, por que hay muchas construcciones y lugares para ver. En cuanto a la comida, absolutamente genial. No soy amante del chocolate pero debo recomendarles la tienda Fassbender and Rausch ubicada en el centro de la ciudad, casa de tradición de unos de los mejores chocolateros de Europa.
De Berlin tomamos tren a Holanda, exactamente Amsterdam, una ciudad con un marcado tono bohemio, con muchas bicicletas, queso, canales, comida y personas. Sin embargo, lo más interesante de la ciudad no fue el barrio rojo o sus canales, resulto siendo la zona empresarial en la cual se encuentran construcciones realmente de vanguardia, entre ellas el edificio 100% verde y varias universidades con infraestructura grandiosa. El gusto particular aquí fueron los Stroopwafels y claro, quesos Gouda, Amsterdam y muchos más. Para quienes quieran conocer la ciudad en bicicleta, tengan presente que hay muchas personas en este medio, por lo que es necesario tener agilidad y cuidado al usar este servicio de transporte. Una experiencia agradable que quedó en el viaje desde Berlin fue el poder disfrutar de una torta selva negra mientras cruzábamos la frontera.
Desde Amsterdam tomamos el tren rápido hacia Francia, lo que nos llevó a París Nord, una estación importante en París. Sólo puedo decirles que París puede ser oscuro y turbio, así como rosa y amoroso. Tengan precaución en las estaciones de trenes dado que hay mucho ladronzuelo suelto. Hablar de la maravillosa gastronomía francesa sobra, de la genialidad de su panadería, es algo que toca probar para poder disfrutar. Entre los muchos lugares a visitar creo que hay que realzar la magia del Louvre y más allá de la Gioconda, les recomiendo tomarse el tiempo para ver cuadros como la coronación de Napoleón, la muerte de la virgen y otras obras realmente asombrosas que este mega museo abarca. Si gustan conseguir productos gourmet, es importante pasar por las tiendas Lafallete en el centro. También es interesante conocer por dentro la Opera Garnier, La defense, por supuesto, el arco del triunfo, la torre eiffel, Scare coeur, entre muchas más zonas a visitar. Tuvimos la oportunidad de estar presentes en el desfile de conmemoración del 14 de Julio, la Batalla de la Bastille y ver los juegos pirotécnicos en la noche en la torre eiffel. en nuestro último día visitamos el palacio de Versalles y conocimos dicha ciudad. Al día siguiente, volvimos a nuestra querida Bogotá luego de perder un vuelo con la asquerosa aerolínea Vueling y varias horas de espera y vuelo de vuelta a casa.
La conclusión del viaje es que una correría por tantos países no permite disfrutar del todo de cada ciudad, de cada país y que obviamente queda mucho por visitar; esto lo lleva a uno a pensar en viajar y dedicarle x cantidad de días, sólo a un país.
En cuanto al idioma, bueno, el inglés ayuda mucho, pero también vale la pena esforzarse en aprender lo básico de otros idiomas, funcionó mucho en Italia y en Alemania. En cuanto al francés, es necesario poderse comunicar dado que no muchos franceses gustan hablar en inglés o español…
Planifiquen muy bien que quieren ver, si no gustan de museos, no paguen entradas a los mismos, también usen recursos como marcar puntos en Google Maps y hacer referenciamiento vía GPS, les será de mucha utilidad. También los mapas físicos ayudan. Si viajan en verano, carguen con ustedes líquido, evitará que se deshidraten ya que el verano es fuerte.
Finalmente, viajen, coman, disfruten, conozcan (de preferencia primero su propio país) y vivan, ya que creemos que es lo único que formalmente, nos podemos llevar cuando la llama de la vida se extinga.
PD: Pueden llevar con ustedes quesos maduros empacados al vacio, no les recomiendo llevar quesos frescos, puede… ser algo desagradable el olor 😀