Esta historia arranca con un cielo nublado en la ciudad de Barranquilla en la zona de Soledad, donde se encuentra el aeropuerto de la ciudad, por esta razón, la historia inicia el Cartagena, donde por obligación aterrizó el vuelo mientras las condiciones climáticas mejoraban, así fue por cerca de 1 hora, tiempo durante el cual en un delicioso bochorno Hefesto fue mi compañía. Luego, de nuevo al avión y tras un extenuante vuelo de 15 minutos arribé a Barranquilla, a un aeropuerto muy particular por su arquitectura.
Luego de cumplir con mis labores en el aeropuerto, fue el momento de viajar al otro extremo de la ciudad, gracias a la amabilidad y compañía de Ronny, me fue posible llegar a la zona Franca de la ciudad de Barranquilla, donde tenía labores pendientes en la DIAN. Al termino de esta labor, plan para algo de turismo, sin embargo, Barranquilla es una ciudad industrial, por lo que no es que haya mucho turismo, pero bueno, era la oportunidad de conocer lugares que antes no había podido visitar dado que no había salido del terminal de transportes en compañía de Ruri.
El primer destino fue la avenida Morillo, donde se encuentra el estadio Metropolitano, antigua casa de la selección Colombia, luego de sortear algunos impases, una pérdida muy divertida y ver ollas repletas de arroz con pollo a la salida del estadio (En la noche se realizaba un clásico del fútbol colombiano por la clasificación a la final). Luego un paseo por un pequeño centro comercial y finalmente de regreso al Aeropuerto para un vuelo muy puntual a las 8pm, llegando a Bogotá a las 9:20pm.
De Barranquilla se puede destacar la parte industrial, su aeropuerto y la amabilidad de las personas, sin embargo, reitero, por su clima semiinfernal, por ser muy poco húmedo y por su mismo carácter industrial no es una ciudad para ir de turismo.
Aquí algunas pocas fotos, en picasa el resto